Una lectura al film "Adiós a las vegas" desde el existencialismo

PELIMEXIC

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Un análisis de la película "Adiós a las Vegas" desde el Existencialismo .

ADVERTENCIA DE SPOILER: El siguiente articulo contiene spoilers mayores de la película "Adiós a las vegas".

 

Introducción

He de confesar que me costó mucho trabajo el decidir a ver la pelicula “Adiós a las vegas”, que estaba en mi lista de filmes que había decidido evitar. Es (o era ) una historia que había elegido no conocer. Es mi experiencia que cualquier historia que se escapa de lo que considero “valores universales” genera una sensación de desazón y mal estar que prefiero ahorrarme. En ese sentido Sartre me llamaría de mala fe y cobarde (al refugiarme en valores deterministas, que declaro absolutos y existentes antes de que yo existiera). A pesar de ello, al dia de hoy  odio las nuevas series donde los dilemas éticos parecen mas materia de un comité ad-hoc que una suerte de entretenimiento. “The walking Death” perdió un seguidor el dia que decidieron matar un personaje que era una niña “psicópata” a manos de sus compañeros. Sartre tendría mucho que decir sobre la libertad del hombre (los protagonistas de The walking Death) y como es legislador de su propia moral y  mas en un mundo sin limites sociales como el que la serie propone. Mas aun, por chocante que me resulte el hecho, para Sartre, no  es dado juzgar a ese personaje y lo que diga sobre esa persona debe tomar en cuenta “la propia experiencia de la persona”, además de ser temporal y producto de la situación específica de ese momento. (Andrés Martínez, 2008).  Bueno, esto es pertinente para la película que nos ocupa, genera la misma reflexión sobre el uso de la libertad y como se observa desde afuera.  

Hasta aquí mi reflexión sobre la manera en que me relacione subjetivamente con la historia. Pasemos a analizar esta historia desde el punto de vista de cada uno de los tres filósofos existencialistas a mi juicio mas importantes.

Sartre, o la libertad de elegir morir

Desde el punto de vista de Sartre, el protagonista no es alcohólico por alguna suerte de  determinismo que lo este llevando a esto. No es que “este en su naturaleza” pues no hay naturaleza humana predefinida. El es alcohólico en tanto, que primero existió y luego se definió a si mismo como tal. Llego a ser lo que el mismo se definió que seria. Y pudo hacer esto porque finalmente es libre para elegir lo que eligió llegar a ser. Para Sartre sin duda, Ben se ha trazado el proyecto de matarse bebiendo y es responsable de ese proyecto, no puede escudarse en nada ni nadie, mas allá de el mismo. En algún momento tuvo que elegir, hacer lo que eligio y cargar con la responsabilidad de lo que eligio. Dice Sartre “Cada vez que el hombre elige su proyecto con toda sinceridad y toda lucidez, sea cual fuera por lo demás este proyecto, es imposible hacerle preferir otro” (Sartre, 2013) ¿Eligio Ben con toda sinceridad su proyecto? ¿Eligio con toda lucidez? Indudablemente estaba comprometido con su proyecto, aunque presento dicotomías “No recuerdo si bebo por que mi esposa me dejo o mi esposa me dejo por beber”  y “No sé si bebo para matarme o matarme es una excusa para beber”. Simplemente eligió y siguió eligiendo. Y se construyó con cada elección y se siguió construyendo en el rol de alcohólico. Siempre tuvo la opción de cambiar la elección, de empezar a elegir diferente, pues el hombre “es en presente pura presencia y posibilidad” por tal motivo, Ben siempre fue posibilidad de recuperación o de seguir consumiendo hasta la muerte. Si llevamos esto a sus ultimas consecuencias, los Ben del mundo no deberían ser confrontados, no deberían existir tratamientos contra la voluntad ni mucho menos intervenciones en crisis. Mas aun, no se debería de internar a aquellos con ideación suicida. Finalmente están eligiendo en su libertad ¿no?.  Pero, un momento, ¿no dice el propio Sartre que “la forma como otras personas se han relacionado con nuestra existencia se encuentra de alguna manera presente en la forma como nosotros nos relacionamos con nosotros mismos” (Andrés Martínez, 2008)? Esta conciencia relacional, donde el hombre se vuelve observador y observado a la vez (se observa a si mismo) es la llamada conciencia reflexiva. ¿Hasta que punto Ben se estaba viendo a si mismo? Hipotetizo que el adicto activo es incapaz de lograr esta conciencia reflexiva al contrario se la pasa en una conciencia pre-reflexiva. Así la condición de “nunca me digas que deje de beber” implica una “nunca me hagas verme a mi mismo” nunca me dejes darme cuenta de mi propio ser… Y el traer al adicto a esta conciencia reflexiva ¿no es lo que se hace con la terapia en las clínicas?. En mi práctica diaria, generalmente les digo a los pacientes “necesito hablar con un cerebro desintoxicado, déjame ayudarte a bajártela, luego platicamos y ya en tus 5 sentidos, si decides irte, ¿Qué más podemos hacer?    Ben nunca tuvo esa oportunidad, libre como era, eligió y siguió eligiendo, pero dudo que comprometido con un proyecto. Si alguien le hubiese realmente obligado a estar abstemio en un entorno controlado, quizá y solo quizá podría haber cambiado su elección o no. Pero no se relacionó con nadie que modificara su relación consigo mismo y quizá su elección. Finalmente hay que aceptar que Ben no se refugiaba atrás de un determinismo, de hecho desde la moral “de Sartre” la elección que hizo Ben fue autentica desde su libertad.

Heidegger o Ben el impropio

                Para Heiddeger el pasado de Ben (haberse divorciado, haber sido despedido)  son hechos que obligaban a una elección, dejando las demás posibles elecciones fuera. Al ser Ben “un ser con otros”, elige relacionarse con esos otros desde la indiferencia, salvo claro esta, la protagonista con quien se relaciona con cierta apertura pero no lo suficiente para ser confrontado por ella. Es con ella, pero decide “estar con ella” desde su alcoholismo y esa es la forma en que se relaciona con ella negándose a relacionarse a un nivel mas profundo, quizá desde la empatía. El advertirle que es lo que pasara al ser un alcohólico y vivir con ella, es un descargar la responsabilidad del tipo de relación que le ofrece, no una real preocupación.  

                Ben se relaciona con otros y con el mundo, incluido Sera, como Das Man, esto es sumergido en el mundo de los objetos (que mejor paradigma que el alcohol) y tratando a las personas como objetos intercambiables (al llevar a la cama a otra mujer… en el departamento de Sera). Solo asi Ben puede seguir bebiendo mientras reduce la sensación de ser afectado por los otros. La relación con Sera es rígida y solo tiene un significado en cuanto que es siempre y cuando no le pida ella que el deje de beber.

                ¿Podemos decir que Ben ha pre cursado su muerte?  Difícilmente en tanto su vida parece estar centrada en la búsqueda de novedades (salta del casino, al bar, a la banqueta…) en el mundo de las habladurías, en su cotidianeidad. No nos engañemos, el decir que ha planeado su muerte, no implica que no haya olvidado su finitud. No sabe si bebe para matarse o si se mata como excusa para beber. ¿Se ha encontrado con la angustia de su finitud, o escapa hacia la muerte bebiendo simplemente para escapar de la angustia de darse cuenta?  Así la elección que hace no la hace desde el estado de resuelto… ¿Puede Ben decir “yo soy”?   Ben vive el tiempo de “aquel que nunca tiene tiempo” pues ni ha pre cursado su muerte realmente (si la hubiera precursado ¿realmente la buscaría con tal ahinco?), ni se ha retrotraído en si mismo ni en su tradición y menos  se ha gestado históricamente… (Tamayo & Guerra, 2001) Ben muere en un estado de irresuelto, pero demasiado intoxicado para darse cuenta siquiera que esta muriendo. (Y en ello evita la angustia final que Ivan Ilich vivió en su momento, ambos enfrentaron la muerte desde la impropiedad pero Ben lo hizo hasta el final, cuando Iván parecía por fin haber pre cursado la muerte poco tiempo antes de que esta llegara)

Camus, o como Ben sucumbe ante el absurdo sin tomar real conciencia del el

                Camus quizá hubiera afirmado que Ben estaba en estado de “enajenación” en el sentido de ser ajeno a todo lo que le pasaba, desde su divorcio, a su despido y al final los demás, incluido Sera y  su propia persona. No tomo plena conciencia de ese absurdo vital que implica la falta de sentido de la vida, al contrario, eligió huir de el mediante ese “enajenarse” usando como eficaz vehículo el alcohol.  La protagonista por otro lado, intenta encontrar razones  en aquello que esta mas alla de cualquier tipo de razón” (Andrés Martínez, 2008) al buscar sentido a la decisión de Ben. Ben actua también desde el absurdo (no hay razón para que actué así) pero Sera sigue intentando darle sentido. Ben por su parte no se rebela ante el absurdo, al contrario, cae en desesperanza. Sus eventos vitales no tienen sentido, mas al rebelarse a su situación, implicaría volver a hacer, volver a motivarse. Pero no, acepta pasivamente su “destino” consumiendo y no se rebela a este. Ella, Sera, acepta pasivamente su destino de perder a Ben bebiendo, (otro absurdo), pero no se rebela a ello. Ambos carecen de pasión para hacerle frente a este absurdo con absoluta lucidez. Ben no se apasiona por la vida, en tanto carece de un entendimiento claro de su propia muerte, otra vez “escapa del absurdo, hacia la muerte, bebiendo”.  No fue capaz de primero negar mediante la rebelión y menos de crearse una existencia propia en libertad. No hay deseo de seguir viviendo, por ello Ben sucumbe al absurdo, pasivamente, dejándose ir hacia su destino.  

Conclusiones

                Contrario a lo que podría pensarse, no hay en esta película una apología de el pensamiento existencialista. Ben es libre y esa libertad lo hace elegir pero elige sin estar en una postura pre-reflexiva , sin verse y sin hablarse a si mismo. Ben es impropio durante casi toda la película, lo cual si bien no es un juicio moral, si implica un estado de “perdido” para el, no el mas deseable. Ben sucumbe al absurdo, no lo reta, no se dignifica desde su aceptación de su estado y creación de su propia existencia. No reconoce al absurdo y lo enfrenta.  Desde estos tres pensadores, Ben ha caído en lo contrario a lo que proponen como adecuado o congruente. Ellos no caen en juicios morales, no califican pero seguramente no recomendarían la elección de Ben. Ni harían apología de ella.  

                Referencias

 

Andrés Martínez, Y. (2008). Filosofía existencial para terapeutas y uno que otro curioso. México, D.F.: Lag.

Sartre, J. (2013). El existencialismo es un humanismo. Cuauhtémoc, D.F.: Editores Mexicanos Unidos.

Tamayo, L. & Guerra, R. (2001). Del síntoma al acto. Querétaro, Qro.: Universidad Autónoma de Querétaro.